Desde hace 30 años, se han realizado estudios(datos obtenidos del manual de diagnostico y tratamiento del tabaquismo)que demuestran que el tabaquismo, comporta un riesgo en la salud de los hijos de las madres fumadoras.
Fumar altera el curso del embarazo, teniendo consecuencias sobre el desarrollo del feto. Uno de los efectos nocivos del tabaco para el feto, es que causa una deficiencia de oxígeno del feto y en las estructuras que se desarrollan en el embarazo(como la placenta). Cuando se fuma se reduce la cantidad de sangre oxigenada que va a parar a los tejidos, esto se debe al efecto vasoconstrictor de la nicotina, y el monóxido de carbono; que desplaza el oxígeno de la hemoglobina de los glóbulos rojos. La falta de oxigenación, hace que el desarrollo de los tejidos del feto, sea más lento de lo normal.
La superficie de la placenta aumenta para intentar compensar la oxigenación insuficiente, este aumento conlleva un riesgo de desprendimiento de ésta, o que ocupe una posición inadecuada para el parto.
Con diversos estudios se ha demostrado, que es más frecuente que se produzcan éstas alteraciones (en la formación del feto), en mujeres fumadoras, que en mujeres no fumadoras.
También aumenta las posibilidades de que tengan un aborto espontaneo o un parto prematuro.
Es decir, el tabaco aumenta el riesgo de que se produzca una perdida del feto, o que el embarazo no se lleve a cabo.
Efectos nocivos del tabaco sobre el feto
A causa de los efectos negativos del tabaco, (datos obtenidos del libro Tabaquismo y gestación) los hijos de las mujeres fumadoras pesan por término medio unos 200 gramos menos que los hijos de mujeres no fumadoras. La frecuencia de peso inferior a 2500 gramos es prácticamente el doble, entre los hijos de las mujeres fumadoras, que entre los hijos de mujeres no fumadoras. El bajo peso al nacer constituye un peligro de sufrir determinados trastornos como: desarrollo físico y mental relativamente inferior al de los otros niños, (hasta los 11 años) y una posible muerte repentina del lactante, o sufrir enfermedades respiratorias y cancerígenas (tumor de Wilms o la leucemia) con más frecuencia.
El tabaco afecta al embarazo de modo similar que afecta a la salud de la mujer embarazada. Por ello no se puede fijar un límite a partir del cual el tabaco no sea considerado nocivo. Los efectos sobre la gestación comienzan a notarse desde la más mínima cantidad de cigarrillos fumados diariamente, y la probabilidad de que se presenten trastornos se incrementa a medida que aumenta la cantidad.
Una de las cosas que no se han podido demostrar, es que las medidas para reducir el consumo de tabaco o su efecto nocivo, sean eficaces para reducir el efecto que el tabaco tiene sobre el feto. Es decir: el hecho de fumar cigarrillos bajos en nicotina o alquitrán, o de consumir cigarrillos con filtro, no garantiza que el feto no salga dañado, puesto que ninguna de estas medidas es útil para reducir la cantidad de monóxido de carbono inhalado, y este es uno de los principales responsables de los efectos del tabaco sobre el feto.
También se ha demostrado que las mujeres embarazadas y fumadoras tienen un riesgo mayor de tener un aborto espontáneo.